jueves, 10 de enero de 2013

RAFAEL PRADA SIERRA ESCRIBE SOBRE EL SANTO ENTIERRO MAGNO

Escribo la palabra eclesialidad (comprobad) y el corrector la subraya en rojo, igual que si escribiera el verbo haber sin hache. No me extraña, hasta hace unos años era una desconocida total, no digo que no existiera, que no lo sé, mas se usaba poco, es decir, muy poco, pero, hete aquí, que por arte de los usos lingüísticos, siempre tan misteriosos, la palabra ECLESIALIDAD se puso de moda y comenzaron a salir tontos de la eclesialidad por todos lados, eran los mismos tontos eclesiales que se llevaban las manos a la cabeza ante la más mínima crítica hacia el clero, no hacia el dogma, no hacia los principios fundamentales de nuestra fe, ni a la autoridad o al Magisterio de la Iglesia ...cualquier crítica más o menos concreta, más o menos justificada hacia un acto cotidiano emanado del clero, suponía esa falta, esa mancha, esa carencia de la pomposa y a la vez hetérea y poco definida eclesialidad. Viene esto al cuento porque soy absolutamente crítico con la nota emitida por el obispado referente al Santo Entierro Magno y porque, algunos, más píos que nadie, entenderán que esa crítica me aleja peligrosamente de la deseable eclesialidad. Sobra que Dios nos diera la cabeza para pensar y que amemos a la iglesia como a nuestra madre, da lo mismo. Está demás que la iglesia esté más necesitada en su seno de críticas constructivas y cabezas pensantes que de papauvas y de cazamoscas. Da igual. Según los eclesiales de la eclesialidad el obispo dice no al Santo Entierro Magno y todos a decir sí con la cabeza y a no cuestionar nada.

A ver, para empezar, no creo que para celebrar el año de la fe sea necesario tal evento, no lo creo; es más, si lo pienso, nada tiene que ver lo uno con lo otro, y más como están las cosas en este mundo de las cofradías tan embebido en "istmos estetecistas" y en un relativismo religioso y moral rampante. Esto lo podría decir el obispo con claridad didáctica y no hiriente y zanjar el tema. Pero, la cuestión es que esto no es lo que se dice, quizás porque a pesar del desprecio de muchos sacerdotes hacia el mundo de las cofradías, aun se tiene claro en las alturas de palacio que sin cofradías el mundo religioso local quedaría reducido a lo exiguo: Mejor en este caso, conservar lo que hay aunque no sea del agrado de todos.

No entro a calificar la actitud del nuevo Consejo, que quizás haya querido comenzar su andadura con "algo grande" No es justo que se lleven los palos del fracaso, pues no han hecho más que otros muchos consejos en otros lugares, con una posible -y subrayo posible- impericia o falta de experiencia que no los carga de culpa. Además, me extraña a mi, conociendo a su presidente, que previamente no se hubiera contactado, comunicado y reflexionado sobre la oportunidad o no de celebrar el evento con el Delegado Diocesano para la Celebración de la Fe, el legítimo puente para llevar a buen puerto el mencionado acto. De cualquier modo, insisto, esto es lo de menos, no nos cojamos los hechos con el papel de fumar: A NADIE HUBIERA EXTRAÑADO LA CELEBRACIÓN DE UN SANTO ENTIERRO MAGNO EN ESTE AÑO, NADIE LO HUBIERA REPROBADO, NADIE LO HUBIERA CONSIDERADO ILÓGICO. ...Nadie salvo el obispado de Huelva que se atreve a escribir. "Desde hace tiempo, y de forma inadecuada en el tiempo litúrgico de Adviento-Navidad, viene apareciendo en la prensa y en otros medios de comunicación de Huelva la “información” sobre un posible “Santo Entierro Magno en el Sábado Santo”. Lo de la inadecuación es un término que ya empieza a fastidiarme en boca del obispado, lo empleó lamentablemente con mi hermandad y ahora vuelve a sacarlo a la palestra sin explicar exactamente el por qué. Es que ¿acaso es inadecuado sacar a relucir un Santo Entierro Grande en época de Adviento? o ¿es que es inadecuado que se opte por un sistema comunicativo de abajo arriba, es decir, del Delegado Diocesano al Obispo? Que me lo expliquen y de paso que me digan si alguien miente en toda esta barahúnda.

Por otro lado, y leído el dossier del Consejo, en él se aclara que la procesión no habrá de perturbar la celebración de la Vigilia Pascual en las parroquias, vigilia que, por cierto, cada cual celebra a la hora que le viene en gana.

Otro despropósito, sabiendo lo que sabemos, es lo que se dice en el siguiente párrafo: "No cabe, pues, introducir una praxis pastoral procesional en este sentido, aunque en algunas parroquias o lugares ya exista por una costumbre no adecuada al sentir litúrgico." Ea, y se quedan tan panchos. Y nos olvidamos de tantos lugares en nuestra región en los que eventos similares se han celebrado en sábados santos si problema ninguno. No hay derecho.

Uno tiene claro que esa especie de guardia pretoriana anticofrade llamada Consejo de Gobierno, se ha parapetado en torno al obispo imposibilitando cualquier celebración. En gran parte este consejo coincide con ciertos párrocos descorteses y abiertamente beligerantes con las cofradías que nunca han movido un meñique para una mejor comprensión entre parte y parte.

Respecto al obispo, que gusta de bandas, costaleros y otras recomendaciones cofrades, no se ha enterado de nada (por lo menos hasta ahora)

LAMENTABLE